Y asi ... mis pies se van alejando poco a poco de la orilla, disimuladamente y a buen paso, decidido, solido, seguro, firme... pero mi corazón, mi corazón se queda en el mismo rincón de siempre esperando a que como siempre... vuelvas. Cuantos besos perdemos por no saber decir "te necesito", de cuantas caricias nos privamos por no poner toda la carne en el asador, nunca, jamás te quise imponer limites, nunca te pedi desayunos por las mañanas ni un "buenos días mí vida", no te lo pedi porque no me era necesario, tenia todo lo que quería, te tenia a mi lado y eso era lo que me hacia sentirme viva. Cuantas vueltas a lo tonto hemos dado vida, cuantos rodeos, cuantos giros, cuantos tropicones para acabar en el mismo punto de siempre y dime tu ... atrévete a decirme mirame a los ojos y dime que no pasa, que no hay absolutamente nada, que todo lo que vivimos aún es de lo más normal del mundo y te prometo... te juro que me llevare ese corazón de tu playa. Si nos dedicáramos a poner valor por las cosas que sentimos, nos iría mucho mejor, a ti ... y a mi por supuesto, si te replantearas tu vida, tus recuerdos, si le preguntaras a tu corazón igual y solo igual me encontrarías por el camino. Y mientras un par de veletas que se repelen y después se unen como dos gotas de agua, viajemos, exploremos lugares nuevos y si de verdad lo nuestro no comenzó, no se inicio, no se murió, nos volveremos a ver, solo si nuestros corazones quieren, solo así.
He crecido, he vivido, he volado, he soñado contigo y eso, eso no lo puede borrar nadie, ni yo.
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