Que valiosas son los detalles y que poco nos paramos a mirarlos, que valiosos son los minutos y que poco nos paramos a disfrutarlos, que valiosa es la vida y que poco partido la sacamos. Nos preocupamos tanto por cosas que no tienen ningún fundamento, llamamos problemas a cosas tan pequeñas que con el tiempo se nos van haciendo insignificantes. El tiempo, algo tan imprescindible y tan fugaz, el tiempo es el que nos hace sentirnos vivos y el que corre a su antojo, un segundo tiene la fuerza de cambiar el rumbo de las cosas y darle un vuelco a tu vida impresionante. Un año Ángel, un año desde que partiste, desde que te marcharas, sin avisar y dejando un vació en el corazón de la gente que te conocía, parece que fue ayer cuando nos conocimos, cuando me animaste sin conocerme de nada a que estuviera bien, un año desde que te vi la ultima vez, en la playa, disfrutando al máximo tus días, tu verano, tu vida. Que caprichosa es la vida y que injusta se vuelve a veces... Se que ya no estas, que tu sitio ya no esta aquí, que no querías que te pillo tan de sorpresa como a nosotros pero también se, estoy segura que sigues entre nosotros como el primer día, que no te has ido y que nunca te marcharas, que estas cuidando de los tuyos como ellos cuidaban de ti, que los quieres y los proteges como a nadie y que estas orgullosisimo de la fuerza que han tenido por salir adelante. Ya te escribí una vez que no me gustan nada las despedidas, que me parece una forma tonta de mandar todo lo que se ha vivido a la mierda, que las personas no se marchan del todo, porque siempre queda algo de ellas en nosotros. No puedo verte, pero te siento, siento que sigues aquí y que no te has ido en ningún momento de nuestro lado, que estés donde estés estas bien. Sabes que no me dio tiempo a conocerte mucho, pero se te ve en la cara lo buena persona que eras, las ganas que tenías de vivir, de sonreír de disfrutar de la vida tal y como la tenías y que te marchaste con una espina clavada, que pensabas mas en los demás que en ti y por eso hubieras querido dejar las cosas bien hechas, seguro. Me acuerdo todos los días de ti, todos, y he aprendido a recordarte con una sonrisa, con una gran sonrisa para que veas que aunque pase el tiempo, aunque haya pasado ya un año, mi corazón se encoge cada vez que te recuerdo y que mi cariño va hacia donde tu estés, para que así lo recibas y lo sientas tanto como lo siento yo.
En mi corazón hay un hueco cerrado para ti, un hueco donde no cabe el dolor ni la angustia, un hueco que esta repleto de recuerdos, de palabras, de risas y de cariño, un hueco que lleva escrito tu nombre, imborrable y fuerte, así, como eras tú.
Te llevo dentro Ángel, siempre aquí.
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